(km. recorridos: 6.701)
1ª etapa: Domaio-Castagnède de Béarn (Francia), 887 km.
Salimos sobre las 8:30 de casa, para encontrarnos con Oscar y Patricia camino de Ourense, llenar depósitos y empezar el camino. Etapa con parada simplemente para hacer provisiones y refrescarnos en Villalón de Campos (sábado, día de mercado, con mucho ambiente en sus soportales).
Obligatorio el paso por Roncesvalles, ya que para Patricia era la primera vez que pisaba tierra extranjera más allá de los Pirineos y esta era la mejor manera de que lo recordase (aparte de ser más divertida la ruta, todo hay que decirlo...)
El hotel de este día fue muy agradable; no perdonamos una buena cena en su restaurante ni un rato en su piscina, aunque sólo yo me atreví a bañarme (La Belle Auberge, en Castagnède de Béarn).
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2ª etapa: Castagnède de Béarn-Orange, 651 km.
El día amanecía fresquito y con algo de nubes, perfecto para emprender viaje. Primero, tocaba desayuno al borde de la piscina para recargar baterías.
Comenzamos avanzando por autopista casi hasta Toulouse, desviándonos por la D622 a Villefranche de Lauragais y bajando desde allí por la N113 hasta Castelnaudary, siguiendo el curso del Canal du Midi.
El Canal du Midi fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el 1996, su construcción fue ordenada por Luis XIV (aunque ya antes se lo habían planteado muchos otros), siendo construído entre el 1666 y el 1681. Tiene 241 km. de largo y es la mayor obra francesa del s. XVII, con 63 esclusas que salvan los desniveles del terreno. ¿Para qué se construyó? pues simplemente para no tener que cruzar el Estrecho de Gibraltar y dar la vuelta por la costa Atlántica hasta alcanzar Burdeos. En principio se utilizaba para traslado de mercancías y pasajeros, siendo tirados por caballos los barcos. Hoy día su uso es básicamente turístico.
En Castelnaudary, mientras los otros se quedaban descansando a orillas del lago, yo me fuí a curiosear cinco de las esclusas del canal, que salvan un desnivel de 9 metros:
Una vez el barco entra, empieza a abrirse la segunda compuerta, bajando el nivel del agua y llenándose la siguiente y así sucesivamente; al contrario pasa con el barco que sube.
A continuación, entramos en La Cité de Carcassonne para que Patricia la conociese.
Alguna otra parada para ver tanto la vida en el Canal como el funcionamiento de otras esclusas y un alto en el camino para refrescarnos en Capestang, donde nos encontramos con Papá Noel de vacaciones. Justo en el momento en el que iba a hacer la foto, apareció uno de sus ayudantes y quiso que le fotografiara al lado de Patricia. Por si no lo sabíais, Papá Noel (a la derecha de la foto) bebe cerveza y fuma!!
Y casi nada más por este día; llegamos a Orange, ducha y a cenar al lado de su teatro romano, uno de los mejores conservados del mundo: Información Orange
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3ª etapa: Orange (Francia)-Lovere (Italia), 611 km.
El hotel tenía desayuno incluído en un agradable patio, donde nos habían dejado guardar las motos.
Estábamos en la región francesa de la Provenza, una belleza de colores y pueblos, sobre todo cuando la lavanda está en flor Información sobre Provenza
Desde hace muchos años, una de mis ilusiones era pasar por aquí y que nos coincidiese ese estallido de color para poder disfrutarlo en vivo y en directo y... sueño cumplido, pero después de atravesar las Gorges de la Nesque (calor y curvas).
Una vez pasadas las gargantas, allí estaban, campos de lavanda por todas partes, además de una brisa muy agradable...
Y cómo no, lo primero que se debe hacer tras comprobar que todo el aire está impregnado de su olor... dejar que las narices se saturen por completo, hacer fotos, y llevarse en el bolsillo la brisa y el olor que se cuelan por todos los rincones:
De ahí autopista hasta Bergamo y llegada a Lovere, donde pasamos la noche tras un agradable paseo a orillas del lago d´Iseo y con el sonido de truenos en las montañas que lo rodean, ya que se acercaba un buen "temporale".
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4ª etapa: Lovere- Toss di Ton, 290 km.
Un día relajado... y como tal, decidimos dar un paseo bajo la lluvia antes de salir. La noche había sido movida en cuanto a rayos y truenos se refiere y quedaba una lluvia bastante persistente a la que hicimos frente (como buenos gallegos) esperando que mientras paseábamos fuera amainando para luego poder subir hacia las montañas.
Lovere está justo pegado al lago y tiene todas las características de pueblecito italiano, con sus calles estrechas, casas pintadas de colores, paseo junto al lago, terrazas, helados riquísimos.. aunque este día le faltaba un poco de ambiente (debido seguramente al mal tiempo).
Desde el hotel y bajo la lluvia, la primera visita fue a la "Chiesa delle Sante", con un interior que parecía bañado en oro, para continuar recorriendo sus calles mientras la lluvia y las nubes se alejaban poco a poco.
Así que empezamos nuestra ruta, a través del pueblecito de Breno (preciosas calles estrechas, llenas de flores) y pusimos rumbo al Paso de Croce Domini, agradeciendo haber esperado a que escampara.
La llegada al Lago di Garda era un poco tarde para los horarios europeos de comida, pero como Limone sul Garda es bastante turístico, nos sentamos en una de sus muchas terrazas y dimos buena cuenta de unas suculentas pizzas, dejando pasar el tiempo sin prisa y dando luego un paseo por el pueblo, con la única obligación de disfrutar del "Dolce far niente".
"Dolce far niente" es una locución italiana que significa "dulce ociosidad". Dolce viene del latín dulcis , que quiere decir "halago a los sentidos" y según el poeta Horacio equivale a "no tedioso", a "lo que no sea forzoso deber", a "algo que se recompensa por sí mismo". Far niente significa "no hacer nada", es decir, vivir en el ocio, que en este caso, se convierte en un entretenimiento o distracción del espíritu. Entregarse al dolce far niente es entregarse a una actitud hedonista con una clara inclinación a la contemplación.
Ya a media tarde, emprendimos camino hacia el Val di Non, donde teníamos reservado hotel -con bastante pereza, todo hay que decirlo-.
Esa noche y las siguientes tres nos alojamos en un estupendo hotelito rural en el que los desayunos y la amabilidad de Carla nos tenían enamorados, así como las vistas desde la casa y los campos de manzanos que nos rodeaban. Merece la pena, se encuentra en Toss di Ton, a 20 km. de Trento, a un paso del Mendelpass, del Stelvio y del Passo di Palade; sólo sirven desayunos, es de una tranquilidad absoluta y las habitaciones son estupendas (Hotel Golden Pause). Su nombre hace referencia a las manzanas "golden" ya que el valle es famoso por ellas.
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5ª etapa: Toss di Ton-Toss di Ton, 299 km.
Era un día doblemente especial: el cumpleaños de Nemesio y nuestro aniversario, así que teníamos que celebrarlo de alguna manera diferente...
Nada más desayunar, estudio del mapa en la terraza de Carla con cuadro de manzanos y el castillo de Ton vigilándonos. Consensuada la ruta, en marcha para subir al Paso Tonale y al Paso di Gavia a ritmo de "tornanti".
Parada en un supermercado para comprar quesos, embutidos y pan (hoy tocaba tupperware) y primeros signos de bajada de temperaturas:
Llegábamos a la entrada del Parque Nacional del Stelvio, qué bonito y qué frío hacía ...
Oscar preguntaba... - ¿en el Stelvio habrá nieve? sólo un vistazo a las montañas cercanas más altas nos hizo suponer que sí. Y entre montañas nevadas, verdes prados y poco tráfico, comenzamos la ascensión al famoso paso.
Tornante derecha, tornante izquierda... tornante derecha, tornante izquierda....
- Ups, qué cascada más bonita y resulta que ya tenemos hambre ¿comemos ahí?
- Venga...
Después un capuccino bien caliente en un refugio al lado de la carretera y una pequeña charla con el dueño:
- ¿Este refugio abre todo el año?
- No, sólo los tres meses estivales, el resto del año suele estar cerrada la carretera.
- Ya... ¿y en invierno está nevado por completo?
- Sí, por completo y cerrado el paso.
- Gracias y buen día!
Tornante derecha, tornante iquierda... saluda una moto, saluda otra moto... tornante derecha, tornante izquierda... cuidado con el ciclista...
- Mira qué vistas!!
- Creía que habría más tráfico.
- Yo también, la verdad es que con el poco que hay se hace muy tranquila la subida ...
Última tornante, unos metros y ahí estábamos, en el famoso Stelvio, nevado en pleno mes de julio, con gente pero no mucha y un ambiente muy agradable, un grupo de moteros, otro de ciclistas que se aplaudían a medida que iban llegando y se felicitaban por haberlo conseguido, coches de caminantes que habían partido montaña arriba...
La siguiente parada fue en Merano para estirar las piernas y comprar la cena (a base de ensalada variada, vino de la zona -brindis obligatorio por la celebración doble- y fruta).
Resumen del día: muy agradable, unos paisajes de fábula, nieve y frío en las alturas, calor en los valles, algo de lluvia cuando subíamos al Mendelpass, una cena riquísima y un brindis sin tener luego que coger las motos... es decir, un día redondo.
Para complementar la etapa, contar que nos hallábamos en la región del Alto Adigio o Tirol del Sur, región entre fronteras y que con el transcurrir de la historia tiene su principal características en el idioma:
La mayoría de la población habla un dialecto alemán, poco más de un cuarto tiene el italiano como lengua materna y una pequeña minoría es de habla ladina. De ahí que todos los topónimos tengan que ser bilingües (las dos lenguas son oficiales) o en algunos casos trilingües (en el Val Gardena y el Val Badia tienen las tres lenguas oficiales).
6ª etapa: Toss di Ton-Toss di Ton (107 km.)
Durante esta etapa, se separaron los caminos de Oscar y Patricia y el nuestro. Ellos salieron tempranito para Venecia y nosotros ganduleamos un poco para luego visitar Trento con calma. Llegamos y nos dirigimos al Castillo del Buonconsiglio (s. XIII); curioseando por sus salones y pasillos la mañana se fué acabando...
Nos dirigimos luego a la Piazza del Duomo, para callejear por su zona antigua
Y ya por la tarde, después de un riquísimo capuccino, nos dirigimos de nuevo hacia el Val di Non, donde estaba situado el hotel. Carla nos había recomendado subir al Lago di Tovel, así que allá nos dirigimos, entre verdes valles plagados de manzanos
Para subir al lago hay que pagar, ya que se encuentra en un parque natural (el pago se hace en concepto de parking). Merece la pena bordearlo por el sendero que va pegadito al agua (hay varios que parten desde donde se dejan las motos).
El Lago di Tovel fue conocido internacionalmente en los años 60 por un fenómeno único en el mundo, era de color rojo debido a un alga que crecía en sus aguas:
Poco a poco dejó de tener esa tonalidad y durante muchos años se estudió el porqué; al parecer, en los años 60 se redujo drásticamente el aporte nutricional y es por eso que las algas dejaron de florecer.
Aunque ya no haya vuelto a ser rojo, es un lago precioso y nos sentó de maravilla la caminata de dos horas que hicimos, arrepintiéndonos de no haber cogido los bañadores. Creo que sobran las palabras al ver las fotos:
Ya era hora de volver y todavía nos quedaba una cosa pendiente de hacer este día: coger un par de bicicletas en el hotel y salir a dar un paseo entre los manzanos del valle para subir hasta el castillo que nos daba los buenos días y las buenas noches allá en lo alto:
7ª etapa: Toss di Ton-Toss di Ton (408 km.)
Dolomitas, allá vamos!!
Último día en la zona, al día siguiente emprenderíamos viaje hacia Eslovenia. Pero todavía quedaban muchas horas para que el sol se escondiese... y pusimos rumbo hacia el Parque Nacional de los Dolomitas.
A medio camino, nos apuntamos a formar parte en un rallie de coches antiguos...
Dijimos adiós con la patita y aceleramos un poco, para unos km. más adelante empezar a darnos cuenta de lo preciosa que es esta zona
Tras desviarnos de la S-48 en Predazzo a la S 50, cruzamos el Passo di Rolle; las nubes en las cumbres de las montañas le dieron un aspecto mágico a los paisajes de este día. Metidos de lleno en el Parque Nacional de los Dolomitas, allí estábamos camino del Passo di Cereda a través del Valle di Agordina.
Zona sin tráfico y muy popular entre los moteros italianos, pudiendo comprobar unos metros más adelante que las curvas se lo merecían, estupendas para hacer a buen ritmo pero imperdonable no disfrutar con sus paisajes.
Tras el Passo di Cereda llegamos a Forno di Zoldo; ahí mi idea era comer en el Restaurante L´Insomnia si nos coincidía la hora (había leído sobre él en un foro italiano), pero no pudo ser (con gran dolor de corazón, tenía un aspecto estupendo) debido a que llegamos tarde (eran las 14:30, creo recordar y ya tenían cerrada la cocina). Nos arreglamos con unas "focaccias" en el pueblo y después tomamos unos helados en la "Gelateria Centrale" (Forno di Zoldo es famoso por sus helados y, al parecer, en el Sur de España esta heladería tiene varias "sucursales").
Proseguimos camino por el Valle di Zoldo y Camino del Passo Staulanza, seguimos disfrutando de la carretera y sus vistas
Pusimos rumbo al paso más bonito que nos hemos encontrado en este viaje: el Passo Giau. ¿Más bonito que el Stelvio? a ver... porque es el Stelvio, es espectacular y todo lo que conlleva, pero el Giau casi nos gustó más; tiene también más de 60 tornanti (pero menos cerradas que el Stelvio), menos tráfico, mucho motero italiano y un verde impresionante:
Nuestro recorrido continuaba hacia Cortina d´Ampezzo por el Valle d´Ampezzo.
Lo malo es que justo al llegar empezó a nublarse más y a lloviznar. Habíamos pensado subir al teleférico en Canazei para ver desde arriba la Marmolada, pero ya eran las 6 y pico de la tarde y estaba cerrado; además, las nubes cubrían las montañas y una cortina de lluvia se veía avanzar hacia nosotros; en el último momento se desvió y pudimos llegar secos al hotel, para cenar en un restaurante cercano y dormir como angelitos.
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8ª etapa: Toss di Ton-Skofja Loka (502 km)
Nos levantamos temprano, llevamos nuestras cosas a la moto y allí estábamos, dispuestos para disfrutar nuestro último desayuno en el Golden Pause y para despedirnos de Carla hasta la próxima...
Comenzamos el camino hacia Eslovenia, vía Bolzano, Bressanone, Brunico, entrando en Austria por la E66.
Una vez en Lienz tomamos una carretera que nos llevaría a través de un valle salpicado de pequeños pueblos e iglesias
A lo lejos se veían unas formas curiosas que daban un aspecto mágico a los campos:
Eran montículos de hierba seca (en Galicia se les llama "palleiros" y son bastante más grandes); parecían trolls dormidos plácidamente.
El paisaje continuaba muy agradable y con los Alpes a nuestra derecha:
Cuando nos decidimos a comer, lo hicimos en este lugar (el chico que nos atendió era muy amable y eficaz y encontró la manera de explicarnos el menú con parte de inglés, italiano, alemán, lenguaje de signos...).
En todo el trayecto de Austria nos cruzamos con un gran número de motos; cuando llegamos a este restaurante había varias aparcadas en el frente y sus dueños comiendo en la terraza. Como curiosidad, contaros que las patas de cabra de sus motos estaban apoyadas en unos tablones de madera cortados del mismo tamaño para proteger el asfalto; creíamos que los moteros se los habían llevado con ellos, pero cuando salimos nos dimos cuenta de que era en el restaurante (también hotel) donde tenían preparadas las maderas.
Una vez en Arnoldstein tomamos de nuevo dirección Italia, para entrar por Tarvisio. Delante había un buen número de motos (en su mayoría Harleys) italianas, separados por un coche de nosotros; los policías hablaron con ellos y les dejaron pasar sin presentar los pasaportes (durante nuestro viaje, en Italia se estaba celebrando el G-8 y pedían la documentación para entrar en el país), al coche se lo pidieron y a continuación a nosotros nos indicaron que pasáramos; una vez cruzamos, nos fijamos en la cara del policía al ver las matrículas, como diciendo: "-Pero si no van con los otros, esta matrícula no es italiana..."
Este país nos daba así la bienvenida (esas construcciones que se ven en los campos se llaman "Kozolec", una estructura tradicional eslovena de madera y que sirve para secar la hierba, para guardar madera, etc.:
Estábamos en el Parque Nacional de Triglav (Alpes Julianos), con el Monte Prisank (2.547 m) como su joya más preciada
La subida fue curiosa, con las curvas adoquinadas y un bello espectáculo que nos acompañaba. Ahí empezamos a ser conscientes de que Eslovenia y sus carreteras estaban en obras...
La ruta continuó a través de la Russian Road, construída en el 1916 por más de 10.000 prisioneros de guerra rusos (estábamos en una zona que fue uno de los principales frentes de guerra entre austríacos e italianos durante la Primera Guerra Mundial).
El valle del río Soca, por el que circulábamos, resultó ser muy bello, con el río como su principal invitado, pueblos pequeños y poco tráfico.
La lluvia nos acompañó un rato en este tramo y el río Soca bajaba espectacular
Continuamos camino hacia Tolmin, Gorenja Vas..., disfrutando de unas carreteras muy parecidas a las gallegas y de un paisaje mezcla entre Galicia y Normandía
Adelantamos a un motero esloveno que luego nos siguió un buen rato (iría pensando... con tremendo barco cómo va en las curvas ese tal Nemesio).
Tuvimos varias paradas por los semáforos de obras, pero nada grave.
Rodeados de un entorno en el que se aprecia lo mucho que se trabaja el campo en este país, llegamos a Skofjia Loka, al Hotel Garni Paleta Hotel Garni, con Igor dándonos la bienvenida e invitándonos a un licor típico que calentaba de lo lindo el estómago
Esa noche Igor nos recomendó cenar en un restaurante cercano que abría hasta las once, (Restaurante), muy bien decorado, con unos camareros muy amables (como todos los eslovenos que pudimos conocer, a excepción del dueño de una gasolinera) y una comida riquísima.
En Eslovenia descubrimos que habla un inglés bastante correcto mucha gente (en una franja de edad muy amplia), son muy serviciales y amables, los horarios no son tan europeos como en Francia, por ejemplo (se puede comer y cenar hasta más tarde), viven mucho la calle, las terrazas, conducen muy tranquilos... y ... vamos, que nos gustó mucho.
Información turística Eslovenia
Información turística Eslovenia
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9ª etapa: Skofja Loka-Skofja Loka (152 km.)
Según nos contó Igor durante el desayuno, habíamos tenido mucha suerte, era el primer día soleado y sin lluvia desde hacía más de una semana.
Tras haber dejado el día anterior el Golden Pause, creíamos que ya nos habíamos despedido de los desayunos abundantes, pero estábamos muy equivocados: Igor nos trataba como si fuésemos de la familia, cuidando de que tuviésemos fuerzas para toda la mañana. Este día, el dulce típico especial (aparte de todo lo demás) fue un "štruklji" (pastel relleno), del que se conocen más de 70 variantes y no nos preguntéis cual es la que comimos nosotros , sólo diré que era muy consistente y dulce (rico, por supuesto).
Una vez listos y tras preguntar a nuestro anfitrión la ruta aconsejable, salimos para meternos de nuevo en una serie de curvas muy agradables rodeadas de verdes valles y montañas
Para llegar a la cascada hay que bordear el Lago Bohinj:
Tras tantas escaleras, nos venía bien un descanso, así que tomamos el teleférico que va desde Ukanc (a pocos metros de la cascada y del lago) hasta el Monte Voguel (1922 m), para ver el lago desde arriba
Era la hora de comer cuando regresamos al lago. Había una fiesta en su orilla con familias, juegos, música, comida... decidimos convertirnos en familia típica eslovena
A continuación visitábamos el lago más conocido de Eslovenia, el Lago Bled. Nos asombró el color y el olor de sus aguas, pues era como una piscina (menos mal que había peces). En el centro, una isla con la Iglesia del s. XVII (así como la Campana de los Deseos), además del Castillo que se eleva sobre la ciudad. Es un verdadero paraíso turístico con sus manantiales termales y otros monumentos naturales; también se celebran campeonatos en los que miden sus fuerzas los mejores remeros del mundo.
Como comprenderéis por las fotos, nuestro deber era parar, pasear (un sendero lo rodea), hacer muchas fotos y disfrutar de una maravillosa tarde de domingo
Despedimos el lago poco antes de la puesta de sol y volvimos a Skofja Loka relajados y maravillados con lo que habíamos visto; allí dimos un paseo hasta el castillo a través de sus calles antiguas y acabamos el día tomando una copa en un pub vecino del hotel.
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10ª etapa: Skofja Loka-Skofja Loka (399 km.)
Este día tocaba cuevas, castillo y costa. Igor nos comentó que las previsiones eran de mucho calor, así que concienciados de que hacia donde nos dirigíamos la temperatura subiría bastante, comenzamos nuestra jornada a través de unos paisajes muy frescos y relajantes, encontrándonos, cómo no, retenciones por obras
Llegamos a nuestra primera parada, la Cueva de Postojna, la más famosa y visitada del país y de Europa. Aunque las galerías tienen 21 km., sólo se visitan 5 de ellos.
Al entrar, se sube a un trenecito eléctrico que te lleva hasta un andén en el que comienza la visita guiada (no había guía en español, sólo alemán, inglés, italiano, francés, esloveno y no recuerdo si algún otro).
A partir de ahí se van descubriendo las salas de estas inmensas cuevas. Aunque estaba prohibido hacer fotos, todo el mundo pasaba y los guías simplemente sonreían; al principio me resistí, pero luego yo también hice algunas (eso sí, sin flash ni trípode, sólo alta sensibilidad).
"- La atracción principal de la gruta es un vertebrado único en Europa, cuyo hábitat natural son las grutas, se trata del pálido anfibio, el proteus anguinus o pez humano, de hasta 30 centímetros de largo, ciego y sin pigmentación, pareciendo su color al de la tez de la raza humana blanca." Eso nos decía la guía y también que cuando se intentó arreglar la charca en la que vivía este animal, se hizo mal y desapareció; hoy día sólo se puede ver en una especie de acuario que hay al lado de la cueva (y por lo que se cobra entrada aparte).
Una vez vista (turística, pero muy recomendable por su belleza y grandiosidad), visita al Castillo de Predjama:
Seguimos camino hacia la costa, para cruzar de nuevo a Italia y comer en la zona portuaria de Trieste, a orillas del Mar Adriático, unos ricos calamares recién hechos.
El termómetro marcaba 37 ó 38 grados y la excursión continuó en manga corta bajo peligro de deshidratación si seguíamos con las cazadoras puestas.
Nuestra siguiente parada era Koper, la ciudad más antigua de Eslovenia, en la que dimos un agradable paseo por su casco antiguo:
Siguiente parada, Izola. La parte antigua de la ciudad se sitúa en lo que fuera una isla que ya se encontraba habitada en el siglo I D.C. y se unió más tarde al continente con un puente de piedra. El centro se hallaba rodeado de un muro que fue demolido a principios del siglo XIX y estas ruinas se utilizaron para rellenar el mar entre la isla y el continente. A principios del siglo XIII Izola declaró su independencia y pasó a ser una ciudad con su propio gobierno y leyes:
Seguimos hacia Pirano, la que más nos gustó de las ciudades visitadas este día y en la que nos habríamos quedado con gusto a pasar la noche:
Y se acababa el día, había que volver pese a que no teníamos ganas de despedirnos del Mar Adriático
Al estar pegados a Croacia, decidimos volver cruzando la frontera y entrar de nuevo a Eslovenia unos km. más al interior
El regreso se hizo pesado, ya que al no querer pisar autopista nos retrasamos bastante. Cuando estábamos a unos 5 km. del hotel apareció la primera carretera que no existía en realidad (en el mapa sí), con lo que tuvimos que dar un rodeo para llegar a través de Ljubljana.
De nuevo a dormir como angelitos...
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Unas palabras básicas en esloveno y que os ayudarán a conectar un poco más con la gente del país (les gusta mucho y sonríen cuando lo intentas ;)):
Hola = Dober dan (se lee como se escribe), aunque en varias ocasiones creímos entender "hola" cuando entrábamos en algún establecimiento; al preguntar, nos comentaron que era una expresión más coloquial, no sé cómo se escribe pero suena "oia" ;)
Cerveza = pivo
Vino = vino
Por favor = prosim
Sí = ja (también "da")
No = ne
Gracias = Hvala (la "h" aspirada)
Hotel = hotel
Taberna = gostilna (donde se come más casero y mejor de precio ;))
Bueno, estas palabras son pocas y hemos utilizado casi todas con una gran sonrisa por parte de los interlocutores (excepto el señor de la gasolinera que había comentado al principio). En general hablan casi todos inglés o italiano, así que no hay problema :)
Ah, se me olvidaba, la pronunciación de la "j" es muchas veces como nuestra "i": Ljubljana //liubliana//, Postojna //postoina//, Predjama //prediama//...
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Horarios:
Las gasolineras principales funcionan las 24 horas, las de lugares pequeños de 7 h a 20 h.
Para comer y cenar en las gostilnas el horario es europeo y como el de las casas eslovenas (de 12 h a 14 h y de 19 h a 21 h).
Los restaurantes tienen su propio horario y abarca desde las 7 h hasta las 23 h (en los sitios turísticos hasta las 23 h ó 24 h).
Si hay un rótulo en el establecimiento que pone "kosilo", los menús se sirven de 12 h a 15 h.
¿Qué hemos comido nosotros? Pues desde comprar en el super y hacer bocatas hasta pizzas (hay mucha influencia italiana en la cocina eslovena) o comida típica de nombre impronunciable (y muy rica) o unas ensaladas estilo plato combinado mezclado a lo loco.
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11ª etapa: Skofja Loka - Skofja Loka (357 km)
Nuevo desayuno ligerito, esta vez con un "štruklji" con aspecto de donut gigante y sin agujero, relleno de mermelada. Igor nos comentó que los pasteles los hacían unos panaderos albano-kosovares especialistas en todo tipo de dulces. Como no pudimos con todos, envolvió con cariño lo que sobraba y nos pidió que lo llevásemos para tomar de postre, añadiendo también un par de plátanos.
Le comentamos nuestra experiencia del día anterior, sonrió y dijo: "- Sí hay un camino, pero sólo para bicicletas de montaña".
También nos dió el parte del tiempo: una ola de calor nos animaría el día.
Salimos de nuevo dirección Austria, a través de Kranj y Jezersko (carretera muy agradable de montaña); buscábamos el camino hacia Logarska Dolina, pero como en austríaco el nombre cambia, nos pasamos el cruce y decidimos continuar por Austria para curiosear; esta vez nos acompañaron campos llenos de trigo, girasoles... y llanura, siempre con los Alpes a la derecha.
Entramos de nuevo a Eslovenia e hicimos parada en el castillo de Velenje. Allí teníamos tanta calor que nos sentamos en su patio y no nos movimos en un buen rato (tras comprar unos refrescos bien fríos)
En la ciudad paramos en un super y compramos pan, ensaladas, agua fresca... con la intención de parar en un campo cuando pudiésemos. No tardamos mucho en encontrarlo, a orillas del río Savinja, observando a un par de pescadores en plena faena.
Allí descansamos un rato bajo los árboles, dejando el tiempo pasar plácidamente...
Ya con energías renovadas, continuamos nuestro camino por una carretera curveada y agradable, dejando el río a la izquierda y parando en uno de los numerosos puentes de madera que hay por estas latitudes, simplemente para notar el frescor del agua y hacer una foto.
Ya veíamos indicado el Parque de Logarska Dolina, así que continuamos según las señales. En todo este tramo también nos encontramos con varios semáforos de obras y de repente, después de un pueblo de tres casas contadas y también en obras, la carretera se convirtió en camino de gravilla. "-Vale, pues vamos con cuidado...", peeero... un poco más adelante, la gravilla desaparecía y se convertía en camino de tierra y barro. Estaríamos a unos 12 ó 13 km. más o menos de nuestro destino y por mayoría decidimos dar marcha atrás para buscar otra alternativa.
El Parque Natural de Logarska Dolina es, según las malas lenguas, uno de los valles glaciares más bellos de Europa. Hay que pagar para entrar (derecho a estacionar dentro así como mantenimiento del parque) y una vez allí hay senderos para hacer caminando, en bicicleta, en coche de caballos... algún hotel pequeño... En el fondo del valle, se encuentra la "Rinka Waterfall", de 90 metros de altura (para llegar hay que caminar cuesta arriba unos 20 ó 25 minutos):
No parece grande, pero en esta foto podéis comparar tamaños; esos dos liliputienses somos nosotros mojándonos (recomendable acercarse si hace calor, el agua estaba fresca, fresca y la ropa secó en cinco minutos); la cabaña que se ve en la foto anterior es una especie de cafetería:
Tocaba regresar, esta vez por el camino más corto, de nuevo por Austria (unos pocos km.) y Jezersko.
Una vez en el hotel, Nemesio y yo decidimos acercarnos a Ljubljana para cenar, mientras Oscar y Patricia se quedaban en Skofja Loka.
Ljubljana estaba a unos 20 minutos de nuestra ciudad base, por carretera nacional con muy poco tráfico. Aparcamos en el centro (también calles en obras) y nos dispusimos a dar un paseo. Ya desde el principio pudimos ver lo animada que estaba a esas horas; al llegar al río nos quedamos asombrados de todo el ambiente que había, con terrazas, puestos de libros, artesanía, bicicletas, más bicicletas... nos maravilló desde el primer momento
Continuamos nuestro paseo con las últimas luces del día...
Cenamos en una terraza a base de ensaladas (o mejor dicho, platos combinados servidos en cuencos de ensalada, especialmente consistentes, tanto que no fuimos capaces de terminarlas).
Un espectáculo en la calle atraía a la gente y la ciudad tomaba un color y un ambiente mágicos:
En la Plaza del Ayuntamiento, nos decidimos por tomar algo en una terraza. Nos sentamos en un bar llamado "HdP", ojeamos la carta y las camisetas de los camareros y descubrimos divertidos el nombre completo:
Cuando el camarero supo que éramos españoles, nos pidió disculpas por el nombre del local, explicando que allí era como una broma y que se lo había puesto un italiano. Nos reímos un buen rato tomando unos estupendos combinados sin alcohol elegidos por el chico.
Así se acababa el día y nuestra visita a la ciudad, pasando de nuevo por el río en nuestra retirada, con las terrazas llenas de gente, de bicicletas, de animación, las calles cercanas lo mismo... si volvemos otra vez, este será nuestro campamento base.
Ultima noche en Eslovenia con una despedida así de agradable...
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12ª etapa: Skofja Loka - Bagni di Lucca (553 km)
Nos despedimos de Igor y comenzamos la vuelta, dejando atrás un estupendo país con unas gentes maravillosas (al menos con las que tratamos).
Salimos a través de Kobarid para entrar en Italia por Cividale d Friuli y tomar la autopista en Udine. De allí a Bologna nos topamos de nuevo con las saturadas autopistas italianas, sus conductores y lo que conlleva (conducen a lo loco, sin normas aunque parece que van diciendo: "- Tú a lo tuyo que yo controlo").
Tooodas las areas de descanso de la autopista en obras, con un ruido infernal y los 38 grados que llevábamos puestos encima de los cascos y las chaquetas.
Después de Bologna continuamos por carretera Nacional hasta llegar a nuestro destino, Bagni di Lucca, atravesando parte de la Toscana con su lado más feo: atascos, calor y más calor.
De esta etapa sólo hay una foto, es del hotel en el que pasamos la noche tras tomar una maravillosa cena bajo la parra (esa terraza con tanto verde y galerías) después de unas consumiciones en la plaza del pueblo:
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13ª etapa: Bagni di Lucca - Niza (463 km)
Salimos temprano, con la intención de parar en Lucca y Pisa. Cerca de Bagni di Lucca pudimos ver una de las obras maestras de la ingeniería medieval que se conserva intacta con el paso del tiempo, el "Ponte del Diavolo". Quizás es por la leyenda que circula sobre él:
"Cuenta que sus constructores, convencidos de que nunca iban a poder concluir a tiempo la construcción del puente, se vieron obligados a pactar con el propio diablo, que se presentó en el lugar como si se tratara de un hombre de negocios. A cambio de contribuir a terminar el puente, el diablo se quedaría con el alma de la primera persona en cruzar el puente.
Agobiado por el peso de su pacto, el constructor del puente, al momento de la terminación e inauguración, decidió que el primero en pisar el puente sería un cerdo. Indignado por el engaño, el diablo se arrojó a las aguas del río Serchio y desde entonces, jamás se lo volvió a ver."
Inmersos en la Toscana, la siguiente parada fue en Lucca.Como muchas típicas ciudades italianas, el acceso está muy restringido a los vehículos a motor (normalmente, sólo residentes y carga-descarga), así que las bicicletas y peatones se abren paso entre preciosos edificios de piedra y estrechas callejuelas. Por supuesto, había que disfrutar de ese ambiente...
Siempre me han gustado estas pequeñas ciudades italianas, es una delicia pasear por sus calles.
De vuelta a la moto y cociéndonos a fuego lento dentro de los cascos, nos dirigimos a Pisa; mientras nosotros tomábamos algo fresco en una terraza y hacíamos las veces de guardarropas y cascos, OJ y Trizia visitaban el Piazza dei Miracoli, donde se encuentra la Torre, el Duomo y el Baptisterio.
Nos metimos de nuevo en autopista y nos dirigimos a La Spezia. De allí hacia Portovenere, donde comienza el Parque Nacional de Cinqueterre (región de Liguria):
Si nunca habéis estado en Italia, una cosa que os sorprenderá será la manera de conducir de los italianos. Van a toda pastilla (es curioso ver a los Seat Panda a toda velocidad por la autopista, adelantando a diestro y siniestro) y la mayoría incumplen "algunas" normas de circulación básica. Las motos pequeñas son las reinas de las carreteras costeras, van como mosquitos y te adelantan por donde menos te lo esperas, circulan en paralelo casi tocándote y se apelotonan a escasos centímetros unas de otras... justamente lo que uno se encuentra en verano por las estrechas carreteras de Cinqueterre, además de coches, autobuses, autocaravanas... los cinco pueblos no están conectados entre sí, con lo que para visitarlos hay que ir entrando y saliendo (si te toca un autobús delante, olvídate, no hay sitio para adelantar) ... o también hay otra solución: pagar un billete en línea regular de un barco que pase por los cinco pueblos.
Embarcamos en Portovenere a las 14:30 (más o menos) con unos bocadillos en la mano y nos dispusimos a disfrutar de la brisa marina...
Una vez en mar abierto y tras dejar atrás la Isla Palmaria, la primera parada es en Riomaggiore:
La siguiente, Vernazza (sólo Oscar había traído el bañador y nos arrepentimos nada más subir al barco).
Para ver una playa hay que esperar al último pueblo, mientras que en estos primeros, la gente hace lo que puede para encontrar un hueco en el que tomar el sol (o la sombra)
Mientras, desde el barco veíamos yates fondeados al lado de los acantilados, pescadores...
La última parada, Monterosso al Mare, el único de los pueblos que tiene playa...
Aquí también se hacía lo que se podía para encontrar un buen lugar en el que descansar...
Este pueblo está dividido por una gran roca bajo la que pasa un túnel y al otro lado la playa grande (si hace calor, es obligatorio entrar en ese túnel, la temperatura baja unos cuantos grados):
Y mientras todo el mundo disfrutaba en bañador, dos chicos y dos chicas llamaban la atención con sus botas, sus cazadoras y sus pantalones de moto, así que intentaron pasar desapercibidos y mezclarse con la multitud:
Vuelta a embarcar y caminito de nuevo a Portovenere, dejando atrás el único pueblo de los cinco en el que no se hace parada, Corniglia:
Salimos de allí a las 18:30, y camino de La Spezia nos encontramos con un accidente de tráfico. Fue toda una experiencia e hicimos lo que todas las motos y algún coche: amontonarnos en el carril izquierdo, apagar las motos y estar listos para tan pronto los médicos retiraron a la persona accidentada, salir pitando de primeros (¡Al ataquerrr!). Decir que en el otro sentido también ocurría lo mismo, pero nos las apañamos todos de maravilla y tonto el último (incluso algún ciclomotor rozó el trasero de un Carabinieri.
De nuevo autopista hacia Niza con una imagen en mente: "- Estoy más pegajoso que una cuchara caída en un tarro de miel, cuando pille la ducha...".
Llegamos ya de noche, pero valió la pena disfrutar de Cinqueterre
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Niza es una de las principales ciudades de la Costa Azul:
"La Costa Azul (en francés, Côte d'Azur), en el sureste francés también conocido como Riviera francesa, es la denominación que recibe una parte privilegiada del litoral mediterráneo, uno de los centros mundiales del turismo y residencia de numerosos personajes célebres, que alberga localidades de referencia como Montecarlo, en el Principado de Mónaco, y Cannes conocida por su festival de cine.
El origen del término se debe al escritor Stéphen Liégeard, que lo utilizó en 1887 para el título de su obra Côte d'Azur, inspirándose en el término Azur, que en heráldica significa 'azul'. Para Liegeard, la Costa Azul fue un nombre poético para llamar a la costa que se extendía desde Marsella hasta Génova, en Italia, y que se conocía como Riviera de Niza o Riviera de Génova.
En el siglo XX la Costa Azul se había convertido en un destino preferido para la aristocracia y burguesía del norte de Europa por la suavidad de su clima, especialmente en invierno. Personas importantes la visitaron a menudo, como Winston Churchill, ayudando a su popularización entre la clase alta británica, que la conocía como French Riviera. En la Segunda Guerra Mundial, la región fue escenario del desembarco aliado en la Operación Anvil Dragoon.
Al ser una zona importante, el gobierno francés creó la región administrativa de Provence-Alpes-Côte d'Azur para administrar el litoral comprendido por la Costa Azul y los departamentos del territorio montañoso interior de los Alpes marítimos."
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14ª etapa: Niza - Vinassan (590 km.)
Mientras Oscar y Patricia se iban a conocer Mónaco y Montecarlo, nosotros desayunamos con calma y nos dispusimos a dar un paseo por el "Vieux Nice".
El casco antiguo de Niza es muy agradable, con calles estrechas y tranquilas
Había mercado y nos dedicamos a pasear y curiosear en los distintos puestos, como este dedicado a sales y especias:
El día estaba nublado y bochornoso, así que el típico azul de esta costa desmerecía un poco, aunque daba lugar a imágenes de tumbonas vacías y playa a medio gas
Como habíamos quedado con Oscar y Patricia en St Tropez, nos dirigimos a esa población con calma, en medio de un tráfico bastante denso. Las nubes se iban poco a poco y daba paso al sol abrasador de nuevo. Ya en la entrada de St. Tropez, el teléfono sonó y Oscar nos decía al otro lado que habían tenido un problema con la moto y que no podían seguir. Dimos media vuelta (pusimos las coordenadas en el TomTom y allá nos dirigimos, pero resulta que nos envió hacia el Norte en lugar de hacia el Sur) y a punto de llegar nos llamaron de nuevo: estaban subidos en la grúa y se iban hacia el taller.
En resumen, esta tarde la pasamos con ellos en la entrada de un taller francés saturado de trabajo, bromeando y pasando calor, esperando a que el seguro se pronunciase. Salimos de allí a las siete mientras Oscar y Patricia esperaban un taxi, para dormir en Vinassan (al lado de Narbonne) y cenar unos "moules" con la salsa especial de la casa (receta secreta) y algún manjar más.
Como habíamos cenado tanto, Nemesio y yo decidimos dar un paseo hasta la verbena del pueblo (mientras los más jóvenes se iban a dormir). Allí bailamos un rato y lo pasamos en grande -es curioso, pero cada país tiene una manera distinta de bailar y en estas ocasiones se nota quién tiene sangre latina) para dormir plácidamente toda la noche.
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15ª etapa: Vinassan - Calatayud (645 km)
Aprovechamos para desayunar más tarde, dejamos a Oscar y Patricia en el hotel (ellos volvían en taxi hasta la frontera y luego en coche de alquiler) y cogimos autopista hacia España. Hacía un viento impresionante y todo el camino hasta cruzar la frontera fuimos encontrando retenciones (aunque en las autopistas francesas todavía se abren las aguas ante los moteros, no es tanto como hace unos años).
Paisajes de este día desde la moto (no hice casi fotos):
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16ª etapa: Calatayud - Domaio (786 km.)
Último día de nuestro viaje. Yo no sé si os pasa, pero los últimos días es como si una fuerza superior tirase de nosotros hacia atrás... las paradas se demoran, la marcha se hace más lenta... ya no tienes ganas de hacer fotos, hay más silencios... pero siempre queda un consuelo: ¿Y el año que viene, a dónde? ¿Y si tal fin de semana nos vamos a ...? ahí se levanta el ánimo, empiezas a imaginar posibles destinos, a recordar todo lo que has visto los días pasados y la última parte del viaje ya no se hace tan dura.
Salvo una parada en el pueblo de Hacinas, para tomar algo antes de comer y un atasco impresionante en el Desierto de los Monegros (Huesca), debido a su conocido festival, nada más que contar, sólo imágenes.
En Hacinas (el pueblo de los árboles fósiles) llegamos, pedimos algo en su único bar y nos dispusimos a refrescarnos; sólo estábamos nosotros y tres clientes más, pero a los pocos minutos empezó a entrar gente, gente y más gente (cuando llegamos al pueblo, estaba desértico, no había nadie). ¿Pero qué pasa aquí? la tranquilidad se había convertido en un "- Permiso, que voy a levantar la copa, ¿se aparta un poco, por favor?". Pensando, pensando... pues nos dimos cuenta de algo muy básico... era domingo y hora de salir de misa.
Hacinas |
En cuanto a los Monegros... carretera recta, desierto... y de repente, a lo lejos unas nubes de polvo que se levantaban a los lados de la carretera (como en las pelis de vaqueros cuando persiguen al malo y él calcula la distancia por la nube blanca que levantan los caballos). Ya más cerca, retenciones y cientos de coches acercándose a las carpas:
El resto del camino:
Como colofón, llegada a casa con toda la familia esperándonos y mi hermano (llegados hacía un par de días de Francia) haciéndonos la "foto de bienvenida"
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Un placer haber compartido viaje con Oscar y Patricia, aunque los hemos dejado un poco cansados... jijijji. Patricia era la primera vez que tenía vacaciones, la primera vez que viajaba al extranjero y creo que le ha gustado la experiencia, además de echar de menos su moto; Oscar ya nos había acompañado varios días en otros viajes (a Normandía y Pirineos) y echó de menos en distintas ocasiones una GS. En resumen, el año que viene no me extrañaría que hiciesen el viaje en cuatro ruedas, dos por cada uno (algunos haremos presión para que eso suceda).
¿Nosotros? Encantados, como siempre, relajados y listos para la próxima
Datos prácticos:
Total km. recorridos: 6.701
km./día: 419
Consumo: 5´9 l a 100 km.
Velocidad media: 70 km./h
Horas en moto: 95,05
Horas en moto/día: 6 horas
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