miércoles, 3 de noviembre de 2010

Días de tormenta...

Un día cualquiera de principios de julio, salíamos ni temprano ni tarde hacia Extremadura. Un alto en el camino para conocer a JaimeLeonú (con la gran suerte de encontrarlo en su oficina); después continuábamos hacia el Sur, admirando la luz de la tormenta que se avecinaba...



En ocasiones, la luz de las tormentas relaja, maravilla y te transporta a un cuento, pero no siempre puedes pararte a fotografiar ese momento... este día sí tenía preparada la cámara...



Una vez pasa, esa luz deja la huella de una sonrisa que te hace pensar en lo mucho que te gusta sentirte parte del paisaje...


Tras un día agotador, encontrar un lugar tranquilo en el que relajarte sin que haya más huéspedes a la vista es un exquisito privilegio...



Saber que por la mañana no tienes prisa, ni compromisos, ni obligaciones... 



Admirar el paisaje que te rodea, sentirte acompañado en la distancia...


Encontrar un lugar en el que se respira teatro por los cuatro costados...




Todo esto es oro, hasta que de repente te encuentras en el suelo, entre dos coches y sin saber qué ha ocurrido. Lo más importante, piensas, es que no te ha pasado nada, que sigues de vacaciones y que el mayor mal es la vuelta de la moto  en grúa, mientras tú puedes seguir disfrutando de cada segundo que pasa. 
¿Qué viene después? Parte de la familia acude a rescatarte, pasas un verano sin moto en el que redescubres el coche y el aire acondicionado, la playa y la sombrilla a la que hace años le habías perdido la pista, encuentras amigos que te llevan a hacer ruta de moto en coche, conoces a un Sultán que resulta ser encantador... el verano ha dado mucho de sí y ya está lejos, pero me quedo con una hermosa palabra: amistad... 


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lunes, 25 de octubre de 2010

Ruta 5, 1 de abril 2010


Mapa de la ruta (aprox. 500 km.); desde Seara no es correcta del todo, ya que una de las carreteras por las que fuimos no existe para el Googlemaps): Mapa



No madrugamos en absoluto, puesto que la cita con Iñigo era a las 11:00 a 20 minutos de casa. El primer tramo fue por autovía hasta Ourense y luego un intento de llegar a Quiroga por una ruta "en la que siempre me pierdo", según palabras de Iñigo y cómo no... nos perdimos, así que empecemos la ruta ya en Quiroga, donde nos esperaban Piti y Ana: 
 

Quiroga es una de las puertas a la Serra do Courel, paraíso de senderistas, turismo rural y buena comida Web Ayuntamiento. Allí tomamos dirección Seara, "todo recto".




Una vez en el pueblo, comida rica, rica en el Mesón Seara (jabalí, cocido, potaje... mucho para elegir y caserote, también tienen habitaciones, lugar muy agradable). Y tanto exceso había que rebajarlo con un paseo por el pueblo...






Y monte arriba, en búsqueda de aire todavía más fresco...

  


"Déjenme cerrado, escapan las ovejas, gracias."



Alberto, también miembro del foro bmwmotos, había llamado desde Betanzos para decirnos que invitaba a un café en O Cebreiro y... no nos hicimos de rogar, allá fuimos dejando atrás el pueblo de Seara:




¿Cómo son las carreteras de la Serra do Courel? pues... depende ... suelen ser de muchas curvas, asfalto no muy bueno (excepto un tramo que han arreglado recientemente que va de Quiroga a Folgoso do Courel), con vistas espectaculares... precioso; algo así:





Atravesando pueblos pequeños...



Y así fuimos avanzando hacia O Cebreiro, sin perdernos demasiado teniendo en cuenta que no sabíamos muy bien por qué carretera circulábamos, ya que no encontrábamos carteles que indicaran  nuestro destino...




En Seoane nos había caído aguanieve y habían comentado en el mesón que por la mañana había nevado; allá a lo lejos se veían las cumbres blancas y preguntamos a una pareja que bajaba en coche "¿por aquí se va al Cebreiro? ¿sabéis si está cerrado por nieve?" "sí se sube y... ayer no estaba..."



El paisaje continuaba siendo "espectacular", aunque todo indicaba que encontraríamos nieve, tanto el termómetro bajando números como los arcenes...


En O Cebreiro encontramos nieve, aunque la carretera estaba limpia y el puerto abierto:



Lo que apetecía era tomarse algo calentito, tras habernos despedido de Piti y Ana, que volvían a Lugo. Mientras nos calentábamos en el bar, fuera empezaba a nevar con ganas, aunque sin llegar a cuajar del todo.
 

O Cebreiro es famoso por su queso, pero también por otra cosa: es el lugar de entrada a Galicia del Camino de Santiago y su historia está ligada al Camino. A mediados del Siglo IX, se instaló aquí una comunidad de monjes benedictinos, los cuales construyeron un templo y un hospital para dar asistencia a los peregrinos, con lo que el lugar adquirió todavía más fama. Es un ir y venir de peregrinos de todas partes del mundo y en los alrededores se ve el esfuerzo de la llegada tras un largo peregrinar de algunos y también la frescura de los que comienzan aquí su camino hacia la tumba del Apóstol en Santiago.





Continuando con nuestra excursión, decidimos salir de allí antes de que la nevada fuese a más; guardé la cámara, nos subimos a las motos e iniciamos el camino de regreso, subiendo un poco más hasta el Puerto del Poio, mientras se iba acumulando nieve en la pantalla de la moto. Rodando con cuidado bajo un manto blanco que nos despedía llegó el momento de separarnos de Alberto e iniciar la ruta de vuelta a casa.

Ruta 4, 5 de diciembre 2009


Mapa de la ruta (aprox. 359 km.): Mapa





Una ruta que uno no debe perderse del interior de Galicia, con algún tramo espectacular... los Cañones del Río Sil.

Salíamos de casa con un día frío pero muy agradable para circular. Una primera parada en Ribadavia nos descubriría la labor  de rehabilitación que se está haciendo en el casco antiguo de esta población a orillas del Miño. Su barrio judío merece la pena un alto en el camino.



Ribadavia, capital del Reino de Galicia del 1064 al 1071, conserva parte de su muralla medieval, fechada en 1157, las ruinas del Castillo de los Condes de Ribadavia y posee una de las juderías mejor conservadas de España con su propia sinagoga. Fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1947. Además, actualmente es la capital de la Comarca del Ribeiro. Información

Tras un par de chocolates calentitos, continuamos hacia la entrada a una de las rutas más conocidas de la Galicia interior. 

Carreteras entre paisaje todavía otoñal, riachuelos rebosantes de agua... curvas y subida en altura nos llevaron hasta el Monasterio de Santo Estebo de Rivas de Sil, el más conocido de la Ribeira Sacra y que conserva uno de los pocos claustros románicos de toda Galicia.





El Monasterio, que hoy día se ha convertido en Parador, se encuentra en un lugar privilegiado



De nuevo en la carretera, unos paisajes de colores impresionantes parecían haber sido reservados exclusivamente para nuestro disfrute. Si queréis hacer esta excursión, adelante con ella en esta época siempre y cuando no llueva demasiado o no haya niebla.



Tras el Monasterio, la carretera se convierte en un disfrute para los sentidos, rodando por las alturas y descubriendo los famosos Cañones.



Poco después de uno de los miradores señalizados, dejamos la moto y bajamos monte a través para disfrutar de las vistas sobre el río (precioso, ¿verdad?)




Allá a lo lejos se aprecia el catamarán que hace la ruta de los Cañones (era uno de los últimos días, cierra de principios de diciembre a mediados de marzo) Río Sil

Continuamos camino con calma para empezar a bajar y descubrir un río menos espectacular y con el dibujo de los viñedos imposibles de la Ribeira Sacra




Nuestra siguiente parada era para comer en Castro Caldelas, comprar una de sus riquísimas "bicas" y bajar la comida subiendo a su castillo. ¿Dónde comimos? en la Pensión rústica Caldelas Sacra, subiendo hacia el castillo, con la chimenea calentando nuestros cuerpos y un caldo corriendo por nuestro interior  ¿Dónde compramos la bica? en una tienda de la plaza principal que también es cafetería (os toca a vosotros averiguar qué es la bica).


Vistas desde el castillo


De Castro Caldelas nos dirigimos al embarcadero del Sil, dirección Monforte, una parte de la ruta diferente en la que se bordea la montaña entre viñedos empinados que llegan hasta el río y que te hacen imaginar lo dura que era la vendimia cuando los romanos empezaron a cultivar vino; posteriormente serían los monjes de los numerosos monasterios de la zona quienes continuarían con este sacrificado trabajo.



Se empezaba a hacer de noche, la lluvia hacía acto de presencia y nos despedíamos del Sil con esta hermosa vista





Nuestra siguiente pausa, el Parador de Monforte para tomar un café bien calentito y llegada a casa algo mojados pero muy contentos de haber vuelto a visitar esta zona en la época del año más bonita para hacerlo.

Ruta 3, fin de semana 10-12 de octubre de 2009


Mapa de la ruta (aprox. 428 km.): Mapa



Si uno va a Lugo la semana del 5 al 12 de octubre, obligatoriamente ha de quedarse un par de días para disfrutar de sus famosas fiestas de San Froilán. ¿Por qué? pues para visitar a los amigos, comer pulpo en las casetas, vivir un ambiente estupendo, disfrutar de conciertos todos los días... y también casi seguro encontrarte con algún vecino.

Esta ruta complementa un poco a la número 2  publicada anteriormente (si en lugar de torcer a la derecha en A Barrela hubiésemos seguido hasta Chantada, podríamos hacer este trozo de Ribeira Sacara además del que recorrimos el pasado día).

En esta ocasión, los paisajes ya eran más otoñales, se podían coger castañas y el tiempo era algo más fresquito. Tras el desvío de A Barrela, paramos a curiosear la iglesia de Beascos, situada en una colina con vistas al valle (para los que les guste dormir la siesta, un sitio ideal).



Una vez tomado el desvío hacia el río Miño, comenzaron las curvas de la Ribeira Sacra, con sus estupendas vistas:




¿Dónde estábamos en esta ocasión?



Este recorrido es a menor altura que la ruta número 2, tiene mejores vistas sobre el río y la carretera está en condiciones igual de buenas. Se circula entre viñedos, castaños y madroños que dan color al paisaje con sus frutos maduros...







Tras cruzar dos o tres pueblos (muy pequeños), en los que pudimos ver gente recogiendo castañas o lavando barriles de vino, y habiéndonos cruzado sólo con un coche en todo este tramo, llegaba el momento de alejarse en dirección Chantada, para llegar a Lugo ya de noche e irnos a comer pulpo con cachelos (patatas cocidas con su piel) a una de las casetas.



Al día siguiente tocaba paseo "intramuros" para disfrutar de su ambiente festivo y de su muralla:




Construida a finales del siglo III y principios del IV, comienzo del bajo imperio romano. La muralla, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, se conserva íntegra —caso único en todo el mundo— y rodea el centro de la ciudad, la catedral, el museo provincial, el ayuntamiento y otros edificios de interés.




 Las calles llenas de gente, casi pidiendo permiso para pasar, peeero... siempre hay un lugar mucho más tranquilo para relajarse y observarlo todo de lejos: un paseo de 2 km. sobre la muralla da esa oportunidad y un punto de vista muy diferente.





Llegaba la hora de despedirse de Lugo, de donde siempre volvemos con buen sabor de boca ¿Hacia dónde? Dirección Friol.




Siguiendo por la carretera de Friol a Sobrado dos Monxes, donde íbamos a visitar su monasterio, llegamos a la laguna de Sobrado, construída entre los años 1500 y 1530 por los monjes embalsando las aguas de algunos rios pequeños para regar prados, mover molinos o disponer de pesca.  Rodeada de abedules, sauces, fresnos...es un lugar muy apacible en el que dar un paseo.


En el monasterio cisterciense de Sobrado (Sta. María de Sobrado), viven monjes que intentan cuidarlo lo mejor posible, aunque la humedad en las paredes y algún que otro indicio nos hizo suponer que lo tienen muy difícil. Es inmenso e impresionante, pero es una pena que no se haga nada más por mejorar su estado.  Al albergue de peregrinos se entra a través de uno de sus claustros y éstos van y vienen, unos cargados y sudorosos, otros oliendo ya a fresco.





A continuación, tomamos dirección Melide pero por la carretera comarcal que va hacia Toques para detenernos en un lugar muy curioso, la iglesia de Santa Mª da Capela, que formaba parte del Monasterio de San Antolín de Toques. Es curioso porque el monasterio fue construído sobre el río, como si de un molino se tratase; la iglesia está restaurada, pero del pequeño monasterio quedan sólo unos cuantos muros invadidos por la vegetación.




Y ya no había más remedio que regresar a casa... atrás dejábamos Agolada, donde es recomendable visitar los "Pendellos", un antiguo mercado del siglo XVIII (recientemente restaurado), que conserva intacta su estructura original. Se trata de un caso único en Galicia, poco conocido y menos visitado, en el que los puestos, los mostradores y las zonas de circulación se mantienen igual que hace 300 años y sobreviven en medio de las nuevas edificaciones del pueblo:





Tras pasar por Lalín, la "capital gallega del cocido", tomamos dirección la Serra do Candán, para cruzarla a través de una de las carreteras más conocidas por los moteros de la zona, con curvas muy rápidas y amplias, casi nada de tráfico y preciosas vistas. El cielo se había teñido de un rojo espectacular para dar la bienvenida a la noche (presagio de buen tiempo al día siguiente) y desearnos una grata semana. 


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