lunes, 25 de octubre de 2010

Ruta 3, fin de semana 10-12 de octubre de 2009


Mapa de la ruta (aprox. 428 km.): Mapa



Si uno va a Lugo la semana del 5 al 12 de octubre, obligatoriamente ha de quedarse un par de días para disfrutar de sus famosas fiestas de San Froilán. ¿Por qué? pues para visitar a los amigos, comer pulpo en las casetas, vivir un ambiente estupendo, disfrutar de conciertos todos los días... y también casi seguro encontrarte con algún vecino.

Esta ruta complementa un poco a la número 2  publicada anteriormente (si en lugar de torcer a la derecha en A Barrela hubiésemos seguido hasta Chantada, podríamos hacer este trozo de Ribeira Sacara además del que recorrimos el pasado día).

En esta ocasión, los paisajes ya eran más otoñales, se podían coger castañas y el tiempo era algo más fresquito. Tras el desvío de A Barrela, paramos a curiosear la iglesia de Beascos, situada en una colina con vistas al valle (para los que les guste dormir la siesta, un sitio ideal).



Una vez tomado el desvío hacia el río Miño, comenzaron las curvas de la Ribeira Sacra, con sus estupendas vistas:




¿Dónde estábamos en esta ocasión?



Este recorrido es a menor altura que la ruta número 2, tiene mejores vistas sobre el río y la carretera está en condiciones igual de buenas. Se circula entre viñedos, castaños y madroños que dan color al paisaje con sus frutos maduros...







Tras cruzar dos o tres pueblos (muy pequeños), en los que pudimos ver gente recogiendo castañas o lavando barriles de vino, y habiéndonos cruzado sólo con un coche en todo este tramo, llegaba el momento de alejarse en dirección Chantada, para llegar a Lugo ya de noche e irnos a comer pulpo con cachelos (patatas cocidas con su piel) a una de las casetas.



Al día siguiente tocaba paseo "intramuros" para disfrutar de su ambiente festivo y de su muralla:




Construida a finales del siglo III y principios del IV, comienzo del bajo imperio romano. La muralla, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, se conserva íntegra —caso único en todo el mundo— y rodea el centro de la ciudad, la catedral, el museo provincial, el ayuntamiento y otros edificios de interés.




 Las calles llenas de gente, casi pidiendo permiso para pasar, peeero... siempre hay un lugar mucho más tranquilo para relajarse y observarlo todo de lejos: un paseo de 2 km. sobre la muralla da esa oportunidad y un punto de vista muy diferente.





Llegaba la hora de despedirse de Lugo, de donde siempre volvemos con buen sabor de boca ¿Hacia dónde? Dirección Friol.




Siguiendo por la carretera de Friol a Sobrado dos Monxes, donde íbamos a visitar su monasterio, llegamos a la laguna de Sobrado, construída entre los años 1500 y 1530 por los monjes embalsando las aguas de algunos rios pequeños para regar prados, mover molinos o disponer de pesca.  Rodeada de abedules, sauces, fresnos...es un lugar muy apacible en el que dar un paseo.


En el monasterio cisterciense de Sobrado (Sta. María de Sobrado), viven monjes que intentan cuidarlo lo mejor posible, aunque la humedad en las paredes y algún que otro indicio nos hizo suponer que lo tienen muy difícil. Es inmenso e impresionante, pero es una pena que no se haga nada más por mejorar su estado.  Al albergue de peregrinos se entra a través de uno de sus claustros y éstos van y vienen, unos cargados y sudorosos, otros oliendo ya a fresco.





A continuación, tomamos dirección Melide pero por la carretera comarcal que va hacia Toques para detenernos en un lugar muy curioso, la iglesia de Santa Mª da Capela, que formaba parte del Monasterio de San Antolín de Toques. Es curioso porque el monasterio fue construído sobre el río, como si de un molino se tratase; la iglesia está restaurada, pero del pequeño monasterio quedan sólo unos cuantos muros invadidos por la vegetación.




Y ya no había más remedio que regresar a casa... atrás dejábamos Agolada, donde es recomendable visitar los "Pendellos", un antiguo mercado del siglo XVIII (recientemente restaurado), que conserva intacta su estructura original. Se trata de un caso único en Galicia, poco conocido y menos visitado, en el que los puestos, los mostradores y las zonas de circulación se mantienen igual que hace 300 años y sobreviven en medio de las nuevas edificaciones del pueblo:





Tras pasar por Lalín, la "capital gallega del cocido", tomamos dirección la Serra do Candán, para cruzarla a través de una de las carreteras más conocidas por los moteros de la zona, con curvas muy rápidas y amplias, casi nada de tráfico y preciosas vistas. El cielo se había teñido de un rojo espectacular para dar la bienvenida a la noche (presagio de buen tiempo al día siguiente) y desearnos una grata semana. 


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